En quechua, «Samyay» significa inhalar, restablecer y restaurar, y «Yana» significa oscuridad. Capta a la perfección la esencia de este retiro: un santuario para alejarse del ruido, descansar la mente y reconectar con el mundo interior. Aquí, la oscuridad y el silencio se convierten en algo más que ausencia; se transforman en herramientas profundas para la introspección. En la quietud, la mente se calma, la conciencia se expande y surgen nuevas perspectivas, como un aliento fresco que llena tu ser de claridad, sanación y transformación.

Esta antigua práctica, venerada durante siglos, te invita a hacer una pausa, respirar profundamente y a explorar tu interior. El retiro comienza con cuatro días de exploración sensorial con talleres diseñados para despertar tu plena consciencia a través del sonido, el tacto, el olfato, el gusto y el movimiento, conectándote más profundamente con el momento presente.

Emergiendo suavemente de la oscuridad y el silencio, el retiro te guía a través de cuatro días de integración. Este puente entre tu viaje interior y el mundo exterior fomenta una transformación duradera, dejándote renovada y verdaderamente restaurada.